jueves, agosto 19, 2010

2 de octubre: Contrapunto con Leo Sbaraglia y Pepe Soriano


Con las descollantes actuaciones de dos artistas consagrados como PEPE SORIANO Y LEONARDO SBARAGLIA y bajo la exquisita dirección de Agustín Alezzo, la obra "Contrapunto" de Anthony Shaffer subirá al escenario del Teatro Municipal de Tres Arroyos el próximo 2 de octubre. Esta pieza se estuvo presentando con singular éxito en una de las salas más importantes de la cartelera porteña: el Multiteatro de calle Corrientes.
"Contrapunto" cuenta la historia de dos hombres que poseen algo en común, el amor de una mujer. Mientras Andrew Wyke (Pepe Soriano) es un escritor de thrillers que le apasiona describir adivinanzas y resolver juegos de enredo, Milo Tindle (Leonardo Sbaraglia) es un peluquero que haciendo uso de sus encantos logra quitarle el corazón de su amada. Utilizando los conocimientos que su trabajo y sus hobbies le han otorgado, Wyke tiene en mente una cruel y dulce venganza, planea concretar un supuesto encuentro amistoso que tiene como objetivo el de encontrar una solución para que Milo se pueda casar con Maggie sin que eso le cueste una fortuna a Andrew.
Andrew se reúne con Milo con la intención de ponerle solución al problema monetario que le representará su divorcio, por lo que le propone simular el robo de sus joyas para pagarle a Maggie y que ellos se puedan casar. A partir de allí, surgen complicaciones y sorpresas, aumentando el suspenso, la ironía, la emoción y las sonrisas.
Desde hace un año y medio, LEO SBARAGLIA -que por una década había estado radicado en España-, viene trabajando para proyectos locales. "Yo me formé con Agustín (Alezzo)", cuenta Leo. Si bien sigue teniendo propuestas laborales del otro lado del Océano, por ahora se quedará acá durante unos meses. "La idea es ir y venir. Tratar de compatibilizar para seguir filmando allá", dice.
Este año se estrenaron dos películas en las que actuó Leo Sbaraglia:El corredor nocturno, que hizo junto a Miguel Angel Solá, y Las viudas de los jueves, de Marcelo Piñeyro, además ultimamente realizó para TV Epitafios y proximamente se conocerá su último trabajo,Impostores, la nueva ficción que está por salir al aire.
"Nosotros estamos haciendo teatro porque no sólo es un medio para vivir, sino que fundamentalmente te hace crecer muchísimo", asegura Leo.
El año pasado, PEPE SORIANO actuó en El brindis, que se filmó en Chile, y que acá no se estrenó. Está por filmar otra película en ese país, bajo las órdenes de Silvio Callosi. "Me acostumbré, sobre todo, a hacer teatro y, eventualmente, a la televisión", dice Soriano. "Pero hace siete años que no hago televisión, ni siquiera voy a un reportaje. No porque no me llamen. Pero sé que la televisión es un negocio, por eso no acepto ir a contar mi vida a un programa si no me pagan. Y el precio lo fijo yo", sentencia. "La suerte que tengo es que puedo prescindir de eso. No es soberbia: no lo necesito para promocionarme", dice.
Pepe, viene de hacer en teatro El loro calabrés y Visitando al Sr. Green, y antes había hecho dos grandes musicales: Mi bella dama y El violinista en el tejado, donde se lucía por su talento y la vitalidad que regalaba desde las tablas.

16 de septiembre: Raúl Barboza


La Asociación Amigos del Teatro Municipal se complace en presentar nuevamente en la ciudad a Raúl Barboza, el embajador del chamamé que llegará al escenario del Teatro Municipal el 16 de septiembre a las 21.30 hs.
En febrero de 1999, el acordeonista Raúl Barboza saldó la deuda. Radicado en París y tras doce años de ausencia, el embajador del chamamé regresó al país, realizó una importante gira por el Litoral y deslumbró a los porteños en La Trastienda. De ahí en más, la comunicación sería más fluida. De sangre guaraní y chamamecero, Barboza partió hace años rumbo a Francia con la firme intención de que conocieran la música de la Mesopotamia y que la aceptaran como parte del folklore.
Profeta en tierra ajena, este heredero de Ernesto Montiel y Damasio Esquivel le imprimió al chamamé su estilo personalísimo, del que se destaca su ánimo improvisador. "Aprendí a improvisar de los grandes músicos de jazz -nos comentaba Barboza hace un año-. Desarrollé una técnica que consiste en tocar todos los días el instrumento, pero no hacer siempre lo mismo. Hay que respetar el tema, las líneas melódicas, las armonías, pero por qué no crear un jardín antes de entrar en la casa."
Grabó más de 30 álbumes originales y participó en 9 películas. Difundió e hizo populares varias canciones incorporadas al cancionero popular de la música litoraleña como su versión de "Merceditas". Desde 1987 se instaló en Francia donde difundió por primera vez el chamamé, convirtiéndose en un referente de la música litoraleña en Europa. Su álbum Raúl Barboza, lanzado en Francia en 1993 ganó los premios Grand Prix Charles Cros, 4 ciefs événement Télérama, Diapason d’or y Choc Le Monde de la Musique.
Dijo de él Astor Piazzola “..Yo no sé absolutamente nada del Chamamé, solamente he escuchado a Raúl Barboza tocarlo y uno llega a la conclusión, como en toda la música, que cuando está bien tocada – en este caso Raúl Barboza – no hace falta conocerlo. Yo sería incapaz de tocar un chamamé, primero hay que nacer en ese territorio argentino y después hay que nacer Barboza para tener ese increíble "swing" correntino, como Cocomarola, Santa Ana y el ahora Raúl Barboza. Es lógico, Rául no es comerciante como la mayoría que tocan un chamamé antiguo y mediocre. El es un luchador y merece mi estima y admiración”.


"El árbol y el colibrí"

Desde el primer al último tema plasmado en esta grabación, la paleta de colores y timbres que despliega Barboza, tienen un hilo conductor: su propia experiencia de vida en sus más de 60 años de aporte al género y en ella, el ejercicio cotidiano -lejos de poses y cliché- de valores casi en extinción como la austeridad, la sencillez, el orgullo de pertenecer, su profunda convicción solidaria y el compromiso inalterable con los caminos? que restan por abrir.
Versiones memorables de temas como "Los inundados"; "Alma guaraní"; "La tierra sin mal"; "El baile del duende"; "La torcaza", contrastan con sus nuevas creaciones como el chamamé "San Luis Gonzaga"; "Colores del monte"; "Oración a la luna";"Rosarito", para rematar con el virtuosismo de su arte en todo su esplendor en "El árbol y el colibrí", relato musical de la lucha por la supervivencia de los animales del monte ante la destrucción de su medio ambiente en manos del hombre.