jueves, agosto 19, 2010

16 de septiembre: Raúl Barboza


La Asociación Amigos del Teatro Municipal se complace en presentar nuevamente en la ciudad a Raúl Barboza, el embajador del chamamé que llegará al escenario del Teatro Municipal el 16 de septiembre a las 21.30 hs.
En febrero de 1999, el acordeonista Raúl Barboza saldó la deuda. Radicado en París y tras doce años de ausencia, el embajador del chamamé regresó al país, realizó una importante gira por el Litoral y deslumbró a los porteños en La Trastienda. De ahí en más, la comunicación sería más fluida. De sangre guaraní y chamamecero, Barboza partió hace años rumbo a Francia con la firme intención de que conocieran la música de la Mesopotamia y que la aceptaran como parte del folklore.
Profeta en tierra ajena, este heredero de Ernesto Montiel y Damasio Esquivel le imprimió al chamamé su estilo personalísimo, del que se destaca su ánimo improvisador. "Aprendí a improvisar de los grandes músicos de jazz -nos comentaba Barboza hace un año-. Desarrollé una técnica que consiste en tocar todos los días el instrumento, pero no hacer siempre lo mismo. Hay que respetar el tema, las líneas melódicas, las armonías, pero por qué no crear un jardín antes de entrar en la casa."
Grabó más de 30 álbumes originales y participó en 9 películas. Difundió e hizo populares varias canciones incorporadas al cancionero popular de la música litoraleña como su versión de "Merceditas". Desde 1987 se instaló en Francia donde difundió por primera vez el chamamé, convirtiéndose en un referente de la música litoraleña en Europa. Su álbum Raúl Barboza, lanzado en Francia en 1993 ganó los premios Grand Prix Charles Cros, 4 ciefs événement Télérama, Diapason d’or y Choc Le Monde de la Musique.
Dijo de él Astor Piazzola “..Yo no sé absolutamente nada del Chamamé, solamente he escuchado a Raúl Barboza tocarlo y uno llega a la conclusión, como en toda la música, que cuando está bien tocada – en este caso Raúl Barboza – no hace falta conocerlo. Yo sería incapaz de tocar un chamamé, primero hay que nacer en ese territorio argentino y después hay que nacer Barboza para tener ese increíble "swing" correntino, como Cocomarola, Santa Ana y el ahora Raúl Barboza. Es lógico, Rául no es comerciante como la mayoría que tocan un chamamé antiguo y mediocre. El es un luchador y merece mi estima y admiración”.


"El árbol y el colibrí"

Desde el primer al último tema plasmado en esta grabación, la paleta de colores y timbres que despliega Barboza, tienen un hilo conductor: su propia experiencia de vida en sus más de 60 años de aporte al género y en ella, el ejercicio cotidiano -lejos de poses y cliché- de valores casi en extinción como la austeridad, la sencillez, el orgullo de pertenecer, su profunda convicción solidaria y el compromiso inalterable con los caminos? que restan por abrir.
Versiones memorables de temas como "Los inundados"; "Alma guaraní"; "La tierra sin mal"; "El baile del duende"; "La torcaza", contrastan con sus nuevas creaciones como el chamamé "San Luis Gonzaga"; "Colores del monte"; "Oración a la luna";"Rosarito", para rematar con el virtuosismo de su arte en todo su esplendor en "El árbol y el colibrí", relato musical de la lucha por la supervivencia de los animales del monte ante la destrucción de su medio ambiente en manos del hombre.

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