viernes, septiembre 12, 2008

El diario de Adán y Eva, una historia sobre la humanidad







La sala del Teatro Municipal estaba en penumbras. Sobre el escenario una luz potente iluminaba la escena, ocupada simplemente por sillones y mesas circulares, donde un hombre y una mujer conversan, ríen y cantan. La historia del primer hombre y la primera mujer es la excusa para que los protagonistas conquisten al público a fuerza de gracia, guiños cómplices y canciones simpáticas. Pero por sobre todo, la presencia escénica de China y Perciavalle confirman sin lugar a dudas por qué se consagraron como grandes intérpretes que saben conmover y hacer reír con talento.
Hace más de dos décadas, debutaron en forma casual estrenando “El Diario Privado de Adán y Eva”, para inaugurar una sala teatral. Como entonces, los protagonistas, sin Adán ni Eva de por medio, inician su presentación narrando los entretelones de la obra, matizados con simpáticas anécdotas que conquistan desde el comienzo el corazón del público.
En uno de sus viajes a Nueva York, China se cautivó con la obra basada en el primer acto de la comedia musical “The Apple Tree”, conocido como "Diary of Adam and Eve", con libro de Jerome Coopersmith, Jerry Bock y Sheldon Harnick. e inspirado en historias de Mark Twain, Frank R. Stockton y Jules Feiffer. Y quiso ponerla en escena en Buenos Aires. Le agregó textos y canciones que escribió junto a Federico García Vigil y comenzó a buscar un Adán y Eva ideal. Imaginaba una actriz flaquita, joven y pensaba que el papel de Adán debía hacerlo un grandote y musculoso estilo Schwarzenegger, como se encarga de explicar. En esa búsqueda estaba cuando los llamaron del Teatro Espacios para inaugurar una sala con artistas importantes, como Alfredo Alcón y María Rosa Gallo. Casi sin ensayo decidieron salir a escena leyendo el libreto, sin imaginar que el público quedaría envuelto desde el inicio bajo el eclipse de dos grandes. Pronto se vieron haciendo cuatro funciones por día.
Casi tres décadas después siguen unidos para recrear la historia del primer hombre y la primera mujer, que trasluce en cada paso la reflexión con humor de la historia de la humanidad de hoy. La obra comienza en el paraíso, donde Adán, único en su especie junto a los animales, plantas, frutos y flores, disfruta su soledad y su silencio hasta que un día se cruza Eva en su camino.
China es una Eva atrevida que no para de hablar. Carlos, un Adán que quiere vivir solo en el paraíso sin hacer nada. Ella lo busca, él la rechaza. Ella le pone nombre a todo y vive a fuerza de curiosidad. El es un solitario sin motivación. Así estos dos seres únicos y desconocidos se van descubriendo y descubren al mundo. Se encuentran y desencuentran abordando el amor y el desamor, la soledad, el pecado, las tentaciones y aquellas cuestiones eternas que hacen a la esencia del mundo de hoy, de ayer y de siempre. La pieza se recorre en todas las facetas de la risa con ironía y calidez, pintando la humanidad con enorme hondura a través de diálogos y canciones ejecutados de tal forma que entretienen y permiten la reflexión. Son dos polos opuestos: el hombre y la mujer que se diferencian y complementan. La serpiente y la manzana invitan al pecado original y disparan una nueva vida para acentuar las semejanzas y desmitificar al pecado original que se convierte en esa necesidad de ser para y con el otro. Y cuando el paraíso se pierde para siempre vuelve a redescubrirse en el amor. “Ahora que ella no está, comprendo algo que no comprendí antes. Me pareció tan horrible que nos echaran del paraíso, pero eso no tenía ninguna importancia, porque donde quiera que estuviera Eva ahí estaba el paraíso”...



1 comentario:

Marina dijo...

Despues de esperar años para conocer a la consagrada China Zorrilla, hoy puedo dejar mi opinion: esta experiencia, a mis 18 años de edad, y despues de haber jurado desde pequeña que yo conoceria a China, no me deja nada menos que mucho mas cariño del que le tenia y el honor de que siga siendo mi idola. Gracias China!!!!