

La música de los locos años ´20, una escenografía de época, el glamour de las prendas, los artistas que poblaron las calles y la Place du Tertre, sumado a los numerosos modelos que recorrieron con su prestancia las pasarelas, despertaron en los tresarroyenses expresiones de asombro. La mayoría de las prendas exhibidas, algunas con más de un centenar de años, fueron presentadas por descendientes de sur primeros dueños, quienes desfilaron con elegancia y estilo. El policía, el indigente, la estatua viviente, la madame, los dibujantes y pintores, el matrimonio de la plaza, Chaplin, los emigrantes, los marineros, las jóvenes y los caballeros, y muchos actores más, se entremezclaron con las modelos y el público, logrando un clima especial para que todos y cada uno de los asistentes se sintiese parte del espectáculo. Finalmente el can can por el cuerpo de danzas de Sociedad Francesa dirigido por Nora Solfanelli, dejó la auténtica sensación de haber estado, aunque más no fuese por breve tiempo, de visita en uno de los conocidísimos cabarets parisinos. París en Tres Arroyos se convirtió en una verdadera fiesta, que hizo posible una tarde distinta para todo el público que no solo disfrutó de un auténtico espectáculo parisino, sino que contribuyó con su aporte a que el sueño del teatro sea cada día más concreto.

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