lunes, marzo 22, 2010

LADY MACBETH DE MTSENSK en el Teatro


Con el estreno en La Plata de esta obra de Shostakóvich, mediante una producción premiada y aclamada en Chile por el público y la crítica, se inicia la actividad operística del año en que se celebra el bicentenario de la Patria y el 120° aniversario del primer coliseo bonaerense.
El domingo 21 de marzo próximo, a las 18.30; en el Teatro de Tres Arroyos se trasmitirá a escena la ópera "Lady Macbeth de Mtsensk" de Dmitri Shostakóvich.
La dirección musical estará a cargo de Alejo Pérez y la puesta en escena de Marcelo Lombardero. La escenografía le corresponde a Diego Siliano, el vestuario a Luciana Gutman y la iluminación a José Luis Fiorruccio. El Coro Estable contará con la preparación de Miguel Martínez.
Se trata de la misma producción del Teatro Municipal de Santiago de Chile que obtuvo el año pasado el Premio del Círculo de Críticos de Arte trasandino y que en 2011 se ofrecerá en San Petersburgo.
Los principales roles serán asumidos por la soprano letona Natalia Kreslina (Yekatierina), Hernán Iturralde (Boris), Enrique Folger -21 y 28- y Marcelo Puente –25- (Sierguiei), Pedro Espinoza (Zinovy), Sonia Schiller (Axinia), Gustavo Gibert (molinero y jefe de policía), Alejandra Malvino (Soñetka), Carlos Bengolea (trabajador ebrio) y Ariel Cazes (pope y viejo convicto).
Una de las óperas fundamentales del siglo XX
Dos años después de dar a conocer "La nariz", basada en una historia de Gogol, Dmitri Shostakóvich (1906-1975) escribió su segunda ópera, "Lady Macbeth del distrito de Mtsensk". Terminó de componerla en 1932, cuando apenas contaba con 26 años. Esta vez se inspiró en el breve relato homónimo que Nikolai Leskov había publicado en 1864 y contó para el libreto con la colaboración del joven literato Alexander Preis. El 22 de enero de 1934 la obra se estrenó en el Teatro Maly de Leningrado (actual San Petersburgo) y dos días después se presentó en Moscú. La acogida del público y de los críticos fue muy entusiasta. Por eso en las dos siguientes temporadas hubo más de doscientas representaciones exitosas en la Unión Soviética y otras numerosas puestas en distintas salas europeas y americanas.
Pero la suerte de esta pieza habría de cambiar por completo poco tiempo después. Al comienzo los triunfantes bolcheviques habían alentado, como correlato necesario de la construcción de un nuevo orden social, una renovación completa de la cultura. Preconizaron la subversión de las costumbres burguesas, incluida la liberación sexual, y en el campo artístico alentaron a las tendencias vanguardistas y experimentales. Pero la situación se modificó drásticamente con el ascenso al poder de Josef Stalin, cuando el "realismo socialista" se convirtió en el único ideal estético promovido desde el Estado.
El 26 de enero de 1936, el propio Stalin, quien había asistido a una función de "Lady Macbeth de Mtsensk", se retiró indignado antes de que finalizase la representación. Dos días después el diario oficial "Pravda" publicó un lapidario artículo titulado "Caos en vez de música". El texto, al parecer escrito por Andrei Zhdanov, uno de los máximos dirigentes del Partido Comunista de la URSS, condenaba sin atenuantes a la obra por "pornográfica" y "formalista". Ni esa historia ni esa música resultaban ya tolerables para la política cultural impuesta. La crudeza de un relato que abundaba en pasiones, sexo, violencia y crímenes podían conducir a un relajamiento o a un pesimismo social inadmisibles para la pedagogía del régimen. Y hasta las disonancias, que antes habían pasado por progresistas, ahora eran consideradas reaccionarias.
La figura del compositor se eclipsó y "Lady Macbeth de Mtsensk" fue silenciada en su propia tierra por casi treinta años. En 1953, ya muerto el dictador, Shostakóvich dio a luz una versión reformada y suavizada, que tituló "Katerina Ismailova" y que recién obtuvo autorización para su representación en 1963.
Y no fue sino hacia 1979, cuatro años después del fallecimiento del autor, cuando el célebre cellista y director Mstislav Rostropovich y su esposa, la artista Galina Vishnevskaya, quienes habían sido amigos y admiradores de Shostakóvich, recuperaron la partitura original. Desde entonces, es la creación primigenia y no su revisión la que se ofrece con frecuencia en los principales centros líricos del mundo, como prueba de que esta obra extraordinaria, que amalgama como pocas el drama, la pasión y la música, constituye por méritos propios una de las óperas fundamentales del ya concluido siglo XX.
La trasmisión es posible gracias al Instituto de cultura de la Prov.de Bs.Aires y de la Dirección de cultura de Tres Arroyos.-
La entrada se ha fijado en $ 20 y la boletería estará abierta en el mismo teatro media hora antes de la función.-

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